El trabajo se ha vuelto el primer enemigo de una dieta balanceada. Un estudio a 230 mujeres en Finlandia, revelaron que las féminas consumían más alimentos de lo normal, debido al estrés; sin embargo, no se debe relacionar por completo al trabajo. El estudio reveló que un 22% de las mujeres comía por el agotamiento laboral, los cuales, al unirse con las emociones creaba una gran ansiedad por comer, a diferencia de las que no tenían presión laboral. De la misma manera, se señaló que las personas ansiosas por comer no consumen nutrientes, muy por el contrario, para satisfacer su desesperación por comer, suelen optar por comida rápida o golosinas.