El fármaco fue inventado por unos científicos australianos de la Universidad de Melbourne, quienes utilizaron ratones genéticamente modificados para probar el anticonceptivo que bloquea dos proteínas esenciales para que el espermatozoide se desplace a través de los órganos reproductores masculinos.
El anticonceptivo sería vendido en forma de píldora y se tendría que ingerir diariamente. En caso el hombre quiera tener hijos lo único que tiene que hacer es dejar de tomar las pastillas.
Este nuevo anticonceptivo "no debe crear ningún efecto secundario a largo plazo si se quiere concebir después o si se quiere revertir" sus funciones, explicó Sab Ventura, jefe de la investigación.