¿El color de la comida también influye? Al parecer, si. Según distintos estudios, consumir alimentos de color rojo ayudaría a mejorar nuestra salud gracias a la gran cantidad de vitaminas que estos productos contienen  y a la antoniacina, sustancia hallada en los alimentos con este tipo de pigmentación y que nos protege contra los rayos solares.

La antoniacina estimula la piel para que produzca melanina, lo cual aumenta nuestras defensas contra los rayos UV. Además, alimentos como las sandías y tomates poseen grandes cantidades de provitamina A y vitamina C, en algunos casos incluso el doble respecto a otros vegetales y frutas.

Las cerezas, aparte de ser ricas en antoniacina, contienen una pequeña dosis de vitamina A, de pectina, de sales minerales, y un gran porcentaje de agua. Por otra parte, las fresas, además de ser deliciosas, ayudan a limpiar el organismo y contienen vitamina C.

Los arándanos son una rica fuente de vitaminas y sales minerales, ideales para las personas que sufren de mala circulación. Las frambuesas ayudan a combatir las infecciones urinarias y tiene propiedades laxativas. Las berenjena,s por su lado, ayudan a tratar los problemas de retención de líquidos.

Los tomates, además de ser elemento fundamental en cualquier buena ensalada poseen una gran cantidad de sales minerales, licopeno y ácidos málico y cítrico, mientras que los pimientos son excelentes estimulantes del apetito y no son indigestos.