Diversos estudios han demostrado los problemas que pueden traer usar una talla incorrecta de brasier.
Si es demasiado pequeño puede provocar daño en la espalda, cabeza e incluso pinchazos constantes en brazos, al opimir los nervios, músculos y venas. Un sujetador demasiado apretado puede provocar dificultad en mover los brazos e incluso daños en la piel.
Cuando la prenda es demasiado grande, también hay peligro en la postura, pues la mujer se sentará de forma incómoda para evitar la falta de sujeción. En las mujeres que tienen busto más grande los problemas empeoran, pueden tener problemas al respirar, incluso acidez y síndrome del intestino irritable.