Existen muchos mitos acerca de beber agua entre las comidas. Lo cierto es que se recomienda beber por lo menos un vaso de agua antes de la comida, para que el líquido proteja las paredes del estómago.

Si por ejemplo bebemos mucha agua durante la comida, es posible que provoquemos que se eleve el pH del estómago, perjudicando el proceso de digestión.

Entonces, si bebemos agua mientras comemos y nos sentimos más pesados de lo acostumbrado, sería mejor cambiar de hábito. Por el contrario, si no bebemos nada  y tenemos la sensación de una digestión lenta, un vaso de agua al finalizar la comida sería lo ideal.

En resumen, aunque beber agua durante las comidas no es en absoluto negativo y sí es sumamente beneficioso y positivo, sólo se aconseja tomar uno o dos vasos, evitando tomar en exceso.