Lucero es una perrita que fue adoptada por una familia muy gentil.

Ellos la amaban con toda su alma y le daban todo lo que la perrita necesitaba. Los dueños descubrieron que su exfamilia eran una pareja de ancianos que vivía en un asilo.

Ambos pasaban sus días en una cama esperando la hora de comer y dormir, pero un día la pareja de esposos se apareció y le llevaron a la pequeña Lucero para que se reencuentre con sus exdueños.

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El animalito sintió mucho miedo al inicio pero al sentir que conocía a Doña Chuy se abalanzó y la llenó de lamidas. La anciana se emocionó muchos tras el reencuentro de su perrita y agradeció por haberla traído.

En la cama de al lado el exdueño se emocionó hasta las lágrimas y agradeció por el cuidado que le dan.

"Ella tiene un buen lugar donde dormir, no está abandonada", fue parte del largo agradecimiento que le dio el hombre a la nueva familia de Lucero.